¿Qué es la intercomprensión?

Con el término “intercomprensión” se suele designar el fenómeno que tiene lugar cuando dos personas comunican entre sí con éxito hablando cada una en su propia lengua.

El proceso de comprensión recíproca entre hablantes de lenguas diferentes, si bien espontáneo, puede sin duda acelerarse a través de un recorrido guiado de enseñanza/aprendizaje. La didáctica de la intercomprensión no pretende ser una alternativa al aprendizaje de todas las habilidades lingüísticas . 

Representa, no obstante, un interesante enfoque plurilingüe del aprendizaje lingüístico, además de una praxis didáctica para el desarrollo de la conciencia lingüística, que tiene como objetivo la valorización de todas las lenguas, en perfecta conformidad con el marco común europeo de referencia para las lenguas (MCER). 

En el MCER se subraya en varias ocasiones que las lenguas no deben considerarse compartimentos estancos que han de afrontarse y aprehenderse aisladamente y que por “plurilingüismo” se entiende la integración de diversos repertorios lingüísticos que no implican necesariamente el completo dominio de todas las habilidades.

Desde el punto de vista de la política lingüística, la intercomprensión permite la realización concreta de un contexto europeo plurilingüe y pluricultural y apoya la diversidad como alternativa a una sola lengua de comunicación.

Desde el punto de vista de las competencias lingüísticas, la intercomprensión parte de la explotación de la proximidad lingüística . Para comprender un texto en una lengua, los aprendientes pertenecientes al mismo grupo lingüístico disponen de numerosos elementos (léxicos, fonológicos, morfológicos, sintácticos) a los cuales se añaden los indicios discursivos, textuales o culturales vinculados con una determinada comunidad lingüístico–cultural.

Estos elementos, sin embargo, suelen explotarse poco porque se tiende a considerar la proximidad lingüística como un problema más que un recurso. Con demasiada frecuencia prevalece aún hoy la idea de que hay que olvidar la propia L1 (lengua materna) para dejar sitio a la L2 (segunda lengua) y que la influencia de la L1 es sobre todo fuente de error. Este legado nos lleva a hablar de los “falsos amigos” y a ignorar los “verdaderos amigos”, es decir todos los casos en los que la transparencia entre las lenguas es evidente (§ 3.3.3). Uno de los principales objetivos de la didáctica de la intercomprensión es precisamente el de mostrar manifiestamente la proximidad y, por tanto, la semejanza entre las lenguas a fin de aumentar la capacidad de comprensión.

Desde el punto de vista de las competencias operativas, la intercomprensión se basa en las competencias parciales. La noción de ‘competencia parcial’, ya desde hace tiempo preconizada por Claire Blanche-Benveniste, se retoma en varias ocasiones en el MCER y constituye hoy un pilar del nuevo enfoque de la enseñanza/aprendizaje. Está de hecho en el origen de las investigaciones sobre la evaluación de las competencias y la noción de Portfolio lingüístico, así como de los perfiles de competencias delineados precisamente en el MCER.

Esta noción permite separar las diversas habilidades lingüísticas, aislando por ejemplo las habilidades de comprensión escritas u orales. No es siempre fácil aislar los diferentes componentes de la competencia lingüística, que son estrechamente interdependientes. No obstante, es evidente que existe una modularidad de las habilidades: los aprendientes adquieren de hecho mucho más rápidamente la competencia de comprensión que la de producción. Y es precisamente el evidente desnivel entre capacidad de producción y capacidad de comprensión (relevado, por otra parte, también en el caso de lenguas no afines) una de las nociones cardinales de la intercomprensión.

Desde el punto de vista de las competencias generales, la intercomprensión recurre a la transversalidad del aprendizaje y a los conocimientos ya presentes. La explotación de la proximidad lingüística, por un lado, y el objetivo de una competencia parcial, por el otro, permiten delinear una perspectiva transversal. La extensión de este procedimiento a más lenguas de una misma familia es extremadamente fácil y fructífera. Se puede, por tanto, aspirar a la comprensión del conjunto de las lenguas de una misma familia. El estudio paralelo de más de una lengua, aunque no sea en profundidad, lleva a un enriquecimiento lingüístico, cognitivo, cultural y humano muy estimulante, como EuRom5 lo demuestra.

En el último decenio del siglo pasado, algunas universidades europeas empezaron a elaborar materiales dirigidos al desarrollo de un aprendizaje de las lenguas según los principios de la intercomprensión. Uno de estos equipos dirigidos por Claire Blanche-Benveniste dio origen a EuRom4.